jueves, 19 de febrero de 2015

IV


Ebrio de mente,
estoy alucinado por el brillo del barrio empedrado,
y los estruendos y las bombas que van disparándose
y van colisionando contra mi voluntad,

Contra la de mis perros,
que a zancadas gigantes y en círculos
quieren morirse y llorar sus ojos de miedo.


Mis compañeros en la luna,
y la guitarra en la tierra;
envuelta en papel, cartón y vidrio.
en nailon, xelofan, en aluminio.

Por mi garganta cuelgan trapos
para que se sequen mientras duermo,
en mi estomago generalmente
se tropiezan las bebidas
de una noche sin memoria.

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