Era solo un niño
era una hoja morada en la hoguera
Lo viste eterno y demolido
maltrecho y sin sombra.
Lo viste como perdido y asustado
como un gato que en trompos inesperados
se precipita debajo de un auto y revienta.
En la llanura se quebró su alma
(dijo o pensó)
Y en este laberinto de cemento arena y hormigón
que va llevándonos
en espiral por el camino desesperanzado del tiempo
se adormeció constantemente
hasta el final de sus jóvenes días
Hacia un eterno reposo somnoliento.